
Los cólicos del lactante son muy habituales y, aunque pueden generar mucha frustración para ti y para tu bebé, no son un trastorno importante. Es más, a no ser que tu pediatra observe algunos síntomas inesperados, puedes considerar estos cólicos como una fase pasajera del crecimiento del niño. Consulta con este profesional para descartar cualquier problema. Después, la calma y la paciencia serán tus mejores armas para pasar por este periodo. Es cierto, aplicar ambas virtudes es fácil de decir y muy difícil de hacer, pero esperamos que este artículo pueda ayudarte a enfocar este asunto.
¿Qué son los cólicos del bebé?
No está claro qué son este tipo de cólicos, ya que sus causas pueden ser múltiples. Sin embargo, se asocian a molestias gastrointestinales que provocan malestar en el bebé. Estas hacen que el niño llore desconsoladamente, encoja las piernas y haga gestos de dolor. Sin embargo, el llanto es la forma que tienen los lactantes para comunicarse, sea lo que sea lo que les está ocurriendo, por lo que es normal tener dudas sobre qué les pasa exactamente y cómo debes reaccionar.
¿Es posible identificar este tipo de cólicos?
Para asegurarte de que lo que provoca el llanto a tu bebé son solo cólicos del lactante, te recomendamos que consultes con tu pediatra. Sin embargo, hay una serie de pistas que te pueden ayudar a identificar que se trata de cólicos. Ya hemos hablado de ellas en otras entradas de nuestro blog Por su parte, la Asociación Española de Pediatría también apunta en la misma dirección (AEP).
Existe una regla del tres que dice que el lloro del lactante es el que:
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Dura más de tres horas al día.
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Se da más de tres días a la semana.
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Persiste más de tres semanas.
Además, puedes sumarle que:
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Aparece en menores de cuatro meses.
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El llanto por el cólico del lactante es súbito, con un principio y un final claro.
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Es más intenso que el normal.
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Es inconsolable.
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Suelen darse al final de la tarde o al principio de la noche.
¿Por qué se producen estos episodios?
Ya hemos comentado que las causas de los cólicos del lactante pueden ser muchas y terminan todas reflejando una molestia gastrointestinal. La inmadurez neurológica a la hora de asimilar los nuevos estímulos que afectan al bebé; el tener un sistema digestivo que está también aprendiendo; el tragar aire durante las tomas; problemas al asimilar la leche; incluso el ruido y el estrés al que se ve sometido el niño durante el día podrían ser la causa de estos lloros al llegar la noche.
¿Debo preocuparme por los cólicos de mi bebé?
Los cólicos del lactante son un proceso benigno que normalmente desaparece al cuarto mes de vida. Por este motivo, no deberías preocuparte si tu bebé está pasando por esa fase. Tu pediatra será el encargado de diagnosticar si hay algún problema añadido al que tengas que prestar atención. Por ejemplo, puede ser que el llanto esté provocado por el estreñimiento o el reflujo, para los que podría ser necesario aplicar un tratamiento. Otros síntomas que no son propios del cólico del lactante son la diarrea o el vómito. Debes saber que no es lo mismo regurgitar (rebosar suavemente por la boca) que vomitar (expulsar el contenido del estómago con fuerza). Si tu bebé se está alimentando bien y succiona adecuadamente, a pesar de estos episodios de llantos, no habría motivo de alarma.
Consejos para aliviar a mi bebé durante un episodio de cólicos
Desafortunadamente, no hay remedios infalibles para solucionar los cólicos del lactante. Sin embargo, hay ciertas cosas que puedes hacer para aliviar al bebé y lograr que los episodios de llanto sean menos dolorosos.
1 Posturas confortables
Prueba a colocar al bebé boca abajo, con la cabeza apoyada en la parte superior de tu codo y su abdomen acostado en tu antebrazo y mano. La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda el contacto físico del pequeño con quien le está cuidando en ese momento. Además, considera que es mejor que el niño libere su estrés llorando en brazos. Eso sí, es mejor que lo haga la persona que se encuentre más relajada en esa situación. Envolver al bebé en una tela o manta y mantenerlo cerca de tu cuerpo también puede funcionar.
2 Crear un entorno relajado
Si el estrés acumulado por el descubrimiento de tantos estímulos nuevos durante el día pueden ser la causa de los cólicos, piensa en cómo puedes crear un ambiente relajado al atardecer. Evita el exceso de ruido continuo; crea unas rutinas diarias a las que se acostumbre; baja la luz de la habitación; prueba con música relajante; con paseos y suaves balanceos; susúrrale palabras bonitas; y no te dejes llevar por la desesperación ante su llanto, para que no se sienta más nervioso todavía.
3 Masajes y baños
Un baño de agua tibia y un masaje relajante también pueden servir de ayuda para que el bebé se encuentre más tranquilo. Eleva sus piernas mientras masajeas suavemente su abdomen. Esto puede facilitarle el expulsar esos gases que tanto le molestan al anochecer.
4 Cuidado con los gases y la digestión de la lactosa
Además de los masajes, es importante que el bebé eructe después de sus tomas. Observa si traga demasiado aire durante la succión para tratar de corregirlo y evitar un exceso de gases. Por otro lado, si tu pediatra considera que debes incorporar la leche de fórmula a la alimentación del niño, deberéis prestar atención a su contenido en lactosa, que podría digerir con mayor dificultad. También será el pediatra el encargado de recomendar si es buena idea que la madre suprima la leche de vaca de su dieta, si es que opina que puede ser una de las causas de los cólicos del bebé.
5 Prueba con el ruido blanco
El ruido blanco contiene todas las frecuencias que es capaz de percibir el oído humano, sonando todas al mismo volumen. Es muy parecido al sonido de una cascada, al de un aspirador o una televisión o una radio sin sintonizar. También parece ser muy similar al que escuchan los bebés en el vientre materno, por lo que, al nivel apropiado, podría ser capaz de calmarle durante los cólicos.
Recuerda que no hay un remedio absoluto para solucionar los cólicos del lactante y el llanto que llevan asociado. Estos consejos son ideas que podrían aliviar este trastorno. Consulta con tu pediatra qué es lo mejor que puedes hacer si tu bebé se encuentra en esta fase de su desarrollo, por si pudiese detectar otros problemas ajenos a los cólicos. Ten en mente que es un periodo pasajero y relativamente corto de vuestras vidas, ¡así que no te dejes llevar por el estrés y las preocupaciones excesivas!
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Aviso importante: la leche materna es el mejor alimento para el lactante.