En los últimos años ha aumentado considerablemente el sobrepeso y la obesidad infantil, pasando a ser un problema de salud pública. En España, según el estudio Aladino, realizado en 2013, el 18,3% de los niños de entre 6 y 9 años de edad, tiene obesidad, y el 26,2% sobrepeso, lo que nos sitúa en una alarmante cifra total del 44,5%, estando muy por encima del 20% de la población mundial.

La falta de hábitos saludables afecta a todas las edades, pero cuanto más pequeño es el niño, más perjudicial será, porque los efectos de una mala alimentación le pueden acompañar el resto de su vida, afectando a su desarrollo e incluso pudiendo generar enfermedades en el futuro. Tenemos que enseñar a los niños, desde bien pequeños a cuidar el cuerpo y su bienestar, porque solo tenemos uno, y tenemos que garantizar que se encuentre bien durante el resto de nuestra vida. Para ello, una alimentación saludable será crucial.

Causas del aumento de la obesidad infantil:

Malos hábitos de alimentación: entre los que destaca la falta de un desayuno saludable. Un porcentaje muy alto de niños va al colegio o a la escuela infantil sin desayunar o habiendo ingerido solo un vaso de leche o un zumo. Además de las consecuencias que tiene sobre la salud y la obesidad, hay estudios que relacionan la productividad y el rendimiento con hacer un desayuno completo. Si queremos prevenir la obesidad y que los niños aprendan durante la jornada escolar, empieza por prepararles un desayuno completo. Además, el abuso de refrescos azucarados está establecida como la primera causa de obesidad infantil.

Falta de ejercicio físico: hoy en día los niños cada vez se mueven menos, no salen a la calle a correr o a jugar y apenas practican actividades al aire libre. El entretenimiento estrella son las pantallas (televisión, videojuegos, tabletas, móviles), que no favorecen la actividad física.

Falta de horas de sueño. Los niños duermen menos de lo necesario. Con dos años los niños deberían dormir al menos 13 horas y los preescolares deben dormir un mínimo de 10 horas. Además de con la obesidad, la falta de sueño se ha relacionado con problemas en la regulación de las emociones, autocontrol, memoria operativa y atención a lo largo del desarrollo infantil y adolescente.

10 consejos para prevenir la obesidad infantil:

  1. Planificar la lista de la compra y los menús de la semana, esto nos ayudará a no tener que improvisar cuando lleguen las horas de las comidas y no tener que tirar de alimentos precocinados.
  2. Evita alimentos con altos contenidos en grasas saturadas: alimentos de atractiva presencia y sabor, fáciles de consumir, hacen que muchos padres acudan a ellos a la hora de solucionar desayunos y meriendas rápidas acuciados por las prisas entre actividades. Prepara una pieza de fruta para la merienda en lugar de un bollo.
  3. Promueve el agua como la bebida para calmar la sed: El consumo habitual de zumos embotellados o de refrescos está desaconsejado debido a su elevado nivel de azúcares añadidos.
  4. Haz actividades físicas con tu hijo de forma regular: no solo reforzará vuestros vínculos de unión, sino que sembrará en él la semilla de la vida sana. Por ejemplo, no hay actividad más memorable para un niño que entrar triunfante de la mano de su madre o padre en la meta de alguna carrera popular o participar en algún recorrido en bici.
  5. La importancia del hábito: cualquier actividad se convierte en un hábito a través de la repetición, esforcémonos en guardarnos, en la medida de lo posible, las horas de las comidas para reunirnos toda la familia alrededor de la mesa, eso nos permitirá controlar los alimentos que toman nuestros hijos y compartir un momento perfecto para comentar las actividades del día.
  6. Cocinemos juntos en algún momento del fin de semana: de un tiempo a esta parte, la cocina se está haciendo más atractiva para los niños, aprovechémoslo para pasar momentos divertidos con ellos, enseñarles la variedad de alimentos de los que disponemos y realizar platos sanos, con presentaciones divertidas, en los que ellos mismos se sientan protagonistas.
  7. Limita el uso del ocio sedentario: videojuegos, internet, televisión debe estar vigilado y regulado en tiempo y momentos del día: animemos a los niños para que salgan a jugar a la calle con otros niños, no solo les vendrá bien para el desarrollo físico, sino también intelectual: habilidades de relación, negociación… seguro que serán bienvenidas en su futuro laboral.
  8. 8. Contribuye a tener una correcta higiene del sueño: establecer unas horas para ir a la cama y levantarse ayudará a regular el sueño y mantener unas rutinas, no es lo mismo estar en horario escolar que de vacaciones, pero dentro de una flexibilidad, debemos asegurarnos de que se cumplan unos mínimos que consigan el necesario descanso.
  9. Sé su adulto de referencia: somos los referentes de nuestros hijos en todo lo que hacemos o decimos, así que en cuanto a alimentación pasará lo mismo, seamos coherentes con lo que le estamos pidiendo y si le mandamos comer algo demos ejemplo compartiendo plato: difícilmente se acostumbrará a comer fruta o verdura si no ve que sus padres las coman y evita descalificar alimentos o platos: de la misma forma que debemos predicar con el ejemplo no debemos realizar comentarios del tipo “odio las lentejas” o “a mi el pimiento no me gusta” porque el niño repetirá nuestro comportamiento y tendrá una excusa, para ni siquiera probarlo.
  10. No utilices nunca los alimentos como recompensa o castigo.

El 80% de los niños obesos continuarán siéndolo cuando lleguen a adultos si no se adoptan las medidas oportunas, está en nuestra mano poder ayudarles.

Silvia Alava

Silvia Alava

Psicologa y Directora del area infantil Centro de Psicologia Alava Reyes

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