Es cierto que hay niños que les cuesta mucho pasar del pecho o el biberón a la cuchara, sin embargo, otros se harán rápidamente con el cambio. Los padres se cuestionan mucho por qué ocurre esto y en ocasiones hasta llegan a dudar de sí mismos, pensado que es que ellos están haciendo algo mal. A todos los padres que les ocurra esto les diremos que se tranquilicen, que es más habitual de lo que ellos piensan, y dejen de sentirse culpables porque no es porque lo estén haciendo mal.

Los bebés nacen con el reflejo de succión, y es por eso que tanto el pecho como el biberón es algo que les es muy fácil y para lo que apenas se tienen que esforzar. Sin embargo, al pasar a la cuchara tienen que hacer un poquito más de esfuerzo, dado que tienen que tragar la comida en lugar de succionar y tienen que aprender a hacerlo. Todos los bebés pueden hacerlo y están preparados para ello, sin embargo, a algunos les cuesta un poco más que a otros y por eso hay que darles tiempo para que se acostumbren.

Decálogo para que el cambio a la cuchara no sea “un suplicio”

  1. Respeta el tiempo que tu bebé necesita. Los pediatras nos dirán qué alimentos ir introduciendo y a qué edad. A algunos niños les costará más que a otros. Cada bebé es único e irrepetible, respeta su tiempo, pero tampoco debemos saltarnos las indicaciones de su pediatra.
  2. Introduce la cuchara de forma progresiva. Antes de empezar a darle de comer con ella es bueno que se familiarice con el objeto, que juegue con ella, que la chupe, que la coja con sus manos…
  3. Utiliza cucharas de silicona que son blanditas y no le harán daño en el paladar ni en las encías.
  4. Empieza poniendo muy poca cantidad y en la punta de la cuchara. Se trata de facilitarle el proceso y que vaya aprendiendo a tragar.
  5. Si ves que esto último le cuesta, puedes probar a darle un poco con el dedo y que lo chupe para que vaya aprendiendo a tragar.
  6. Recuerda que lo más importante siempre es nuestra actitud. Es fundamental no mostrarse nervioso, porque el bebé lo notará y no estará relajado.
  7. Si ves que es un momento que te genera mucha ansiedad, es mejor que pares antes, te tomes tu tiempo para relajarte (hacer algunas respiraciones profundas pueden ayudar a disminuir el nivel de ansiedad) y luego ya empezaremos la comida.
  8. Ten paciencia. El ritmo lo marca el bebé no tú. Hay niños muy comilones que tardan muy poco y otros con los que habrá que ir más despacio.
  9. No te enfades. Al principio no saben bien tragar y por eso tiran parte de la comida fuera, no lo hacen porque quieran fastidiar. De nuevo hay que tener paciencia y entender que es una parte del proceso.
  10. Proyecta siempre en positivo. Cuando a los bebés les cuesta comer es muy común que los padres teman cuando llega ese momento piensan que “otra vez será un suplicio”, “seguro que no va comer”, “vamos a tardar muchísimo”… estos pensamientos no ayudan, sino que nos predisponen en negativo, incrementan nuestro estrés y hacen que nos enfrentemos con miedo y como “vencidos” ante la tarea de dar de comer al bebé con cuchara. Sustituirlo por pensamientos del tipo: “es normal que tarde”, está aprendiendo”, “cada día mejora y lo hace mejor”, nos ayudarán a tener una actitud más relajada y estar menos tensos.

 

 

Silvia Alava

Silvia Alava

Psicologa y Directora del area infantil Centro de Psicologia Alava Reyes

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