
Mucho se ha escrito y hablado sobre la relación entre perros y niños pequeños. Entender cómo ven los niños a los perros y los perros a los niños permitirá adoptar las medidas necesarias para que la llegada de uno u otro a un hogar no genere ningún conflicto y todo sean ventajas.
Relación entre niños pequeños y perros
Para que se establezca una buena relación entre niños pequeños y perros, ambos deben prepararse para la llegada del otro.
En el caso de los perros, es importante que cuando son cachorros se les ponga en contacto con niños durante su etapa de sociabilización, entre los 20 y los 90 días de vida, para que se familiaricen con ellos. Si se trata de un perro adulto, y sobre todo si no se le hizo hacer esta familiarización, conviene preparar al animal previamente a la llegada del bebé (enseñarle a saludar sin dar saltos, a jugar sin morder, etc.) y esforzarse para que no se sienta relegado a un segundo plano cuando ya estén juntos. Cuando el bebé entre en casa por primera vez, debe dejarse que el animal se acerca a olerlo mientras se le acaricia calmadamente, sin agobios y de la manera más natural posible.
Si el recién llegado es el perro, la relación que establezca el niño con el animal dependerá, en gran medida, de la edad que tenga. Hasta los 3 años, en que el tacto es tan importante, el bebé querrá tocar y acariciar al perro, pero lo hará sin ser consciente de si esto puede hacer daño al animal o molestarlo, tirándole del pelo, cogiéndolo de las orejas, poniéndole los dedos en los ojos, etc., por lo que hay que vigilar cómo responde el perro a todo ello. Entre los 3 y los 7 años, el niño aprenderá a relacionarse con el perro, a quien empezará a ver como un compañero de juego, ayudándole a entender que no se trata de un juguete y que debe responsabilizarse de su bienestar. A partir de los 7 años, tomará conciencia de que el perro es un animal y pasará a considerarlo su amigo, su confidente.
Ventajas de que un bebé crezca con un perro
Un perro puede promover valores como la responsabilidad en los niños, además de potenciar sus habilidades cognitivas y comunicativas.
Los perros ayudan a gestionar las emociones, reducen la ira, la angustia y la tristeza del niño pequeño y satisfacen sus necesidades de apego. Además, fisiológicamente, el contacto con el perro puede aumentar la secreción de la hormona oxitocina, lo que reduce el estrés.
Por otro lado, que perros y niños se toquen, se chupen e incluso compartan la comida, facilitará, según varios estudios, que el sistema inmunitario del pequeño se estimule y se haga más fuerte. Por supuesto, esto no quita que los perros deban vacunarse y desparasitarse, y que los niños mantengan unos buenos hábitos higiénicos después de jugar con sus mascotas.
Consejos para una buena convivencia entre niños pequeños y perros
Para tener una buena convivencia entre perros y niños pequeños es importante estar atentos a las señales de estrés del perro; enseñar a los niños a saludar y a acariciar al perro; fomentar los juegos seguros, y preocuparse de que haya siempre alguien vigilando cuando niños y perros estén juntos son cuatro consejos clave para no tener que lamentarse, porque no debe olvidarse nunca que los perros son perros y los niños, niños.
Mejores razas de perros para los niños pequeños
Partiendo de la base que cualquier perro educado correctamente podría convivir sin problemas con niños, hay algunas razas con unas características que las hace especialmente óptimas para los pequeños, por su instinto protector, su energía, su buen temperamento, etc.
El labrador, el golden retriever, el beagle, el caniche, el bóxer, el collie, el sambernardo, el pastor alemán, el bulldog francés e incluso los perros mestizos ocupan las primeras posiciones en la clasificación de perros para niños pequeños.