
Mantener la tranquilidad
Si tu bebé llora desconsoladamente, muestra malestar, encoge las piernas y su carita enrojece, puede que tenga un cólico. No es grave y sólo requiere paciencia y mucho cariño.
Acostumbra a aparecer entre la segunda y la cuarta semana de vida y los síntomas son irritabilidad, llanto intenso, encogimiento de piernas, la barriga está tensa e hinchada y su cara enrojece y muestra un gesto de dolor. Por lo general, estos episodios se producen casi a diario, por la tarde o noche, justo un rato después de la última toma y pueden prolongarse durante horas, finalizando con la expulsión de gases. Sin duda, es una situación que puede provocar preocupación y estrés a los padres, pero no hay motivo para ello. No se trata de una dolencia grave en absoluto, y desaparece espontáneamente en torno al cuarto mes.
¿Porqué se producen los cólicos?
Las causas que provocan el cólico del lactante son diversas y pueden presentarse por separado o confluir varias a la vez. La excitación y nerviosismo que los bebés van acumulando a lo largo del día, puede ser uno de los desencadenantes y el motivo de que estos episodios se produzcan en las últimas horas del día. Que el bebé trague mucho aire al comer hace que vaya acumulando gases, lo que también puede producir el cólico. Otras causas pueden ser algún tipo de alergia alimentaria o alguna alteración hormonal.
Un aspecto que debes tener en cuenta es la conducta que mantienes con el bebé. Si muestras ansiedad, te agobias con facilidad o lo manejas con inseguridad, le estarás transmitiendo sensaciones negativas que lo van a inquietar. No está probado que conductas como ésta sean la causa, pero sí se ha podido comprobar que mantener una actitud tranquila y segura en el trato con el bebé le transmite calma y ayuda a mitigar su llanto. La paciencia y el sosiego son la mejor estrategia en situaciones como ésta.
Como ves, no hay una causa clara que motive que tu bebé sufra esta molestia, pero sí hay cosas que puedes hacer para tratar de evitarlo. Los remedios naturales a base de extractos vegetales con cualidades relajantes pueden ser adecuados, pero siempre con la aprobación de su pediatra. Los masajes en el vientre, combatir los gases y modificar la dieta mediante la utilización de fórmulas AC, también son una buena opción.
Pero sobre todo, no te inquietes. Recuerda que tu bebé está perfectamente y que sólo se trata de una dolencia sin importancia que desaparecerá en breve y sin consecuencias. De todos modos, y para despejar cualquier duda, comenta con el pediatra lo que le ocurre a tu bebé.
Alivia sus molestias con un masaje
Hay un masaje pensado especialmente para aliviar a tu bebé de las molestias que causa un cólico. Te enseñamos cómo hacerlo*. Debemos masajear suavemente su abdomen, justo por debajo de las costillas y hasta el pubis.
Sigue estos pasos…
- Comienza colocando tu mano sobre su abdomen con tranquilidad.
- Pasa una mano tras la otra sobre su vientre, como si estuvieras haciendo un hueco en la arena. Repítelo 6 veces.
- Dobla las piernas del bebé y presiona suavemente sobre el vientre una sola vez y durante 5 segundos.
- Relájalo acariciando sus piernas hasta los tobillos.
- Sol-luna. Imagina un reloj en el abdomen del bebé. Con la mano izquierda comienza en el lado derecho de su abdomen -en lo que serían las 7- dibujando un círculo completo en el sentido de las agujas del reloj, sin levantar la mano. Cuando tu mano izquierda pase sobre las doce, incorpora la mano derecha en las once y hasta las 17 horas, como si fuera una media luna. Repite 6 veces.
Para terminar…
- Repite el movimiento 3 (dobla las piernas…).
- Relájalo pasando las manos una vez desde las nalgas a los pies, reduciendo la presión. Repite el ciclo entero entre 2 y 3 veces al día durante 2 semanas. Pueden pasar varios días antes de que comencemos a notar el efecto.
Calma y paciencia son la clave
Es comprensible que los cólicos frecuentes y el llanto desconsolado y prolongado que provocan al bebé, puedan llegar a preocuparte y a inquietarte hasta el punto de causarte ansiedad. Si eso llega a ocurrir, no olvides que tu bebé está completamente sano, y piensa que se trata de algo leve y pasajero. El cólico del lactante no es una enfermedad, sino una molestia leve y muy habitual que, afortunadamente, se va reduciendo paulatinamente hasta desaparecer entre los 4 y 5 meses. Lo mejor que puedes hacer por tu bebé es mantener la calma durante los episodios, seguir los consejos que te ayudarán a evitar que se produzcan y esperar.
Si toman leche de fórmula cuidado con la lactosa
Recuerda que lo mejor es la lactancia materna. Sin embargo hay bebés que necesitan tomar leches de fórmula desde sus primeros meses. La lactosa es un hidrato de carbono presente en estos tipos de leche, y que los bebés digieren con relativa dificultad durante sus primeros cuatro meses de vida, lo que provoca una gran cantidad de gas intestinal que causa malestar al bebé, pudiendo ser la causa del indeseable cólico del lactante.
¿Conoces los productos anticólico?
En el mercado existen preparados lácteos útiles en estos casos, las fórmulas AC y las confort, en cuya composición se reduce la presencia de lactosa y se aumenta la de otros hidratos de carbono, que se digieren con mayor facilidad. El objetivo de estas fórmulas es mantener todas las cualidades que garanticen la correcta nutrición del bebé, pero evitando aquellos factores que causan una mayor acumulación de gases. Si tu bebé es de los que sufre cólicos habitualmente, utilizar estos preparados ayudará a evitarlo. De este modo, puedes tener la certeza de que estás alimentándolo convenientemente, pero reduciendo el exceso de gas en su barriguita y el llanto que esto le provoca, lo que es motivo de tranquilidad para tu bebé y para ti.
Para aliviar las molestias de tu bebé
Procura que al comer trague la menor cantidad de aire posible. Si le das biberón, debes colocarlo lo más vertical posible para evitar que se introduzca aire. Existen biberones diseñados especialmente para ello. Si le das el pecho, es aconsejable no tomar bebidas estimulantes como café o refrescos de cola, así como que las tomas no excedan los 10 minutos. Después de cada toma, conviene que eructe bien. Mantenlo en posición vertical en tus brazos e inclínalo a un lado y a otro alternativamente. Si toma leches de fórmula, modifica su dieta utilizando fórmulas AC.
También pueden servir algunos productos de hierbas
Consulta con el pediatra la posibilidad de dar al bebé algún producto elaborado con extractos de hierbas como el hinojo o productos probióticos. Estos últimos contienen bacterias vivas beneficiosas para el tubo digestivo. Procura tranquilizarlo con muchos mimos y cariño. Relájalo con un baño tibio o con movimientos rítmicos, como mecer la cuna, darle un paseo en cochecito… Y, sobre todo, evita ponerte nerviosa. Le transmitirás tu ansiedad y empeorará la situación.
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