
Aunque no podemos eliminar definitivamente la dermatitis atópica…
…sí, tenemos la opción de intentar evitar la aparición de brotes de esta afección de la piel siguiendo unos sencillos y prácticos consejos. Si observas que la piel de tu bebé está enrojecida en las mejillas, la barbilla o en el pliegue del cuello –incluso en brazos y piernas-, está reseca y descamada y le pica, probablemente sufre dermatitis atópica.
¿Qué es la dermatitis atópica?
Se trata de una enfermedad de la piel de carácter crónico y que alterna la aparición de brotes, cuyo principal síntoma es el picor, con épocas en las que los síntomas se minimizan, los llamados períodos de calma. Suele asociarse a otras dos enfermedades: el asma alérgico y la rinoconjuntivitis primaveral.
¿Qué la causa? Esta enfermedad de la piel tiene una base genética, por lo que el niño está predispuesto a sufrirla también si el padre, la madre u otro familiar la padecen. La piel presenta un desequilibrio que la hace más permeable de lo normal, con lo que pierde agua con más facilidad. A consecuencia de ello, la piel se reseca, enrojece y aparece el picor. ¿Existe una cura? En la actualidad no existe una cura definitiva, pero los tratamientos médicos adecuados controlan muy eficazmente sus síntomas más molestos, y los cosméticos para pieles atópicas mejoran el día a día.
¿Qué puedo hacer para prevenir la aparición de brotes de esta enfermedad?
Hay varias cosas que podemos hacer para evitar, en la medida de lo posible, la aparición de brotes de dermatitis atópica:
- Evita que el bebé sude. No es recomendable ni abrigarlo en exceso ni los ambientes muy calurosos.
- Al vestirlo, utiliza preferiblemente prendas ligeras de algodón. Las prendas sintéticas o de lana y las texturas rugosas irritarán su piel.
- En su higiene habitual, utiliza productos que disminuyen los riesgos de alergia.
- Mantén su piel bien hidratada y nutrida durante todo el año aplicando en todo el cuerpo una crema formulada específicamente para pieles atópicas después de cada baño.
¿Mejorará mi bebé?
En general, a medida que pasan los años, los brotes disminuyen su frecuencia e intensidad, llegando a desaparecer en el 60% de los casos al llegar a la adolescencia.
Productos para cuidar las pieles atópicas
Tanto en el momento del brote como en la etapa de calma, la piel atópica debe cuidarse con productos emolientes para preservar su hidratación. Pero podemos ir un paso más allá: podemos ayudar a regenerar la piel devolviéndole su estructura y equilibrio natural. Para conseguir este propósito, las cremas más indicadas deben reunir diferentes características:
A tener en cuenta…
- Es importante que su composición ayude a reforzar o estimule la producción de proteínas y lípidos estructurales que se encuentran en pocas cantidades en la piel atópica (ceramidas, ácidos grasos esenciales, colesterol…)
- Deben calmar el picor, principal síntoma de esta afección de la piel.
- Han de proteger la piel de la agresión de los rayos ultravioleta, los cambios de temperatura o la polución ambiental, entre otros factores desencadenantes de los brotes o agravantes de la patología.
El uso de productos formulados específicamente para el cuidado de pieles atópicas contribuirá a regenerar su estructura, ayudando a prevenir así la aparición de sus molestos brotes.
Cuida la piel adecuadamente
La mejor forma de prevenir que el bebé sufra brotes de dermatitis atópica es mantener su piel perfectamente hidratada y nutrida durante todo el año. Para ello:
Crema emoliente
La aplicaremos en todo su cuerpo, como mínimo, después de cada baño. Evitaremos los productos más grasos porque favorecen la sudoración, aumentando así su deshidratación e irritación.
Productos testados
Para mayor seguridad, elegiremos productos que hayan sido testados en niños atópicos. De este modo, evitaremos a nuestro bebé problemas de intolerancia o alergia.
Crema de fácil aplicación
Es preferible que la crema se aplique con facilidad. Es muy incómodo cuando es difícil extenderla, no se absorbe y genera una desagradable sensación pringosa.
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