
En los últimos años, ha aumentado el número de personas que optan por una dieta vegetariana (sin carne) o vegana (sin ningún alimento de origen animal) y que incluyen a sus hijos en esta opción de alimentación. Una dieta vegetariana o vegana en bebés, por lo tanto, es posible, pero siempre que sea saludable, nutricionalmente adecuada y equilibrada.
¿Un bebé puede ser vegano?
Lo primero que debe dejarse claro es que un bebé no es vegetariano o vegano, sino que son sus padres los que deciden hacerle llevar este tipo de alimentación. Pero, sí, si los padres así lo desean, una dieta vegetariana o vegana puede ser una alternativa válida para sus bebés, siempre que esté bien planificada y sea saludable y nutricionalmente equilibrada.
Tal y como dicta la Academy of Nutrition and Dietetics americana, «las dietas vegetarianas, incluyendo las veganas, planificadas de manera adecuada, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades», siendo «apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez, la adolescencia y la edad adulta» (Melina V, Craig W, Levin S. Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Vegetarian diets. J Acad Nutr Diet 2016; 116[12]:1970-1980).
¿Qué debo darle de comer a mi bebé vegano si quiero que lleve una alimentación saludable?
En los primeros 6 meses de vida, la alimentación perfecta para los bebés, sean como sean sus padres, es la leche materna, y no será hasta a partir de los 6 meses que empezará a introducirse la alimentación complementaria.
En el caso de bebés alimentados con leche materna cuyas madres llevan una dieta vegana equilibrada, debe prestarse especial atención a los aportes de vitamina B12, vitamina D y yodo.
La vitamina B12 es crucial para el desarrollo del sistema nervioso, por lo que deberá asegurarse que la leche materna la contenga en cantidades suficientes. Por ello, las madres veganas que amamanten a sus hijos deberán optar por alimentos enriquecidos con esta vitamina o, todavía mejor, por recibirla en forma de complemento alimenticio a dosis de 2.000 mcg de cianocobalamina semanales. Y, si la dieta de la madre no contiene una fuente fiable de vitamina B12, entonces deberá ser el propio niño quien reciba directamente la vitamina B12. En el caso de la lactancia artificial, lo que deberá asegurarse es que el bebé tome leche de fórmula enriquecida con B12.
Tomar el sol 5-15 minutos diarios y, en caso de necesidad, la suplementación con vitamina D serán las medidas necesarias para garantizar un aporte adecuado de esta vitamina en el bebé vegetariano o vegano.
Respecto al yodo, a partir de los 12 meses de edad, las comidas del bebé ya pueden cocinarse con sal. Utilizar sal yodada con moderación permitiría cubrir las necesidades de los más pequeños.
A partir de los 6 meses, la base de la alimentación de un bebé vegetariano o vegano será la misma que la de cualquier otro bebé: frutas, verduras, hortalizas, cereales, legumbres y semillas, huyendo del azúcar, la sal y las grasas no saludables.
El aceite de oliva, el aguacate y las semillas o los frutos secos triturados o en crema serán la fuente de grasas.
Las legumbres, las semillas, los cereales, los frutos secos, el seitán (gluten de trigo), el tofu (soja) o el tempeh (soja y moho), entre otros, serán la fuente de proteínas, y cubrirán sin problema las necesidades nutricionales y energéticas de estos niños.
¿Cómo sustituir la carne en bebés?
Como se ha apuntado arriba, son muchas las fuentes de proteínas con las que cuentan los bebés vegetarianos o veganos para substituir a la carne.
A partir de los 6 meses de edad, con la introducción de los alimentos sólidos, pueden incluirse las legumbres, sustituto natural de la carne y el pescado en la alimentación vegetariana o vegana, con un alto contenido en proteínas, hierro y zinc. La lenteja roja pelada, el tofu, los garbanzos cocidos y los guisantes son buenas opciones.
Entre los 7-8 meses, se incorporarán los frutos secos, bien molidos o en crema, para evitar atragantamientos.
Finalmente, a partir de los 2 años, la alimentación ya será muy parecida a la del resto de la familia vegetariana o vegana, por lo que podrán optarse por todas las fuentes de proteína vegetal conocidas.
Y es que no debe olvidarse que la clave de una buena alimentación estará siempre en el equilibrio y la planificación, y que esto puede conseguirse con cualquier tipo de dieta que decida seguirse.