
Se habla de estreñimiento cuando la frecuencia de deposiciones es inferior a tres veces por semana. En los bebés, unas heces muy duras o los problemas para defecar definen este síntoma, debido mayoritariamente a una ingesta pobre de agua o una alimentación insuficiente en fibras vegetales. Veamos qué medidas pueden tomarse para aliviar el estreñimiento en bebés.
¿Por qué mi bebé tiene estreñimiento?
Los malos hábitos dietéticos e higiénicos suelen ser los culpables de la retención de las materias fecales en el bebé, que se manifiesta en una disminución de la frecuencia defecatoria, una dificultad para evacuar y una sensación de evacuación incompleta.
Las heces con un pobre contenido en agua avanzan lentamente por el intestino grueso y quedan retenidas en éste. Cuanto más tiempo permanezcan allí, más reabsorción de agua y mayor endurecimiento de las heces habrá.
Unas heces secas y duras provocarán una evacuación dolorosa y una distensión de la ampolla rectal, lo que disminuye la percepción de los receptores sensibles a los estímulos vasomotores (presorreceptores) y el deseo defecatorio, y desencadena un círculo vicioso que puede prolongar la situación.
Aunque puede haber problemas orgánicos que expliquen el estreñimiento infantil (trastornos obstructivos, neurológicos, endocrinos, metabólicos o psiquiátricos), en la mayoría de los casos se trata de un estreñimiento funcional, por ingesta insuficiente de agua y líquidos, falta de fibra en la dieta, consumo excesivo de alimentos astringentes, desórdenes en el horario de las comidas, retirada del pañal, etc.
La edad marcará mucho la etiología del estreñimiento. En los bebés, debemos buscar el origen principalmente en la alimentación (dietas hiperconcentradas y fórmulas adaptadas de alto contenido en grasa y calcio), si bien los vómitos de repetición, la fisura anal o, en menor grado, la estenosis anal congénita también podrían explicarlo.
El tipo de alimentación también será determinante. Si los bebés se alimentan sólo de leche materna, es posible que no hagan deposiciones en varios días sin que haya ningún problema. Si, en cambio, toman leche de fórmula, el estreñimiento puede darse con mayor facilidad. Sin embargo, existen fórmulas infantiles específicas para el manejo de este trastorno digestivo que suelen incorporar más magnesio y lactosa. Y, en caso de combinar la leche materna con alimentos sólidos con poca fibra, la situación puede complicarse.
Remedios caseros para el estreñimiento del bebé
Una buena hidratación, con abundante agua, algún vaso de agua tibia sola o con el jugo de medio limón e incluso el zumo de un par de naranjas; una alimentación variada y con un elevado contenido de fibra, en caso de ya realizar alimentación complementaria a la leche con alimentos sólidos, que incluya abundantes verduras y frutas, cereales o «laxantes naturales» (ciruelas, pasas, etc.) y evite la ingesta de ciertos alimentos (leche rica en nata, quesos, pan blanco de molde, etc.); los masajes en la barriga del bebé en el sentido de las agujas del reloj; el ejercicio físico (mover las piernas del bebé imitando el movimiento del pedaleo, fomentar un mayor gateo, etc.); un baño tibio, y, en caso de mayor edad, enseñar al niño la rutina de ir al baño y alejarlo del estrés son algunas de las medidas que pueden instaurarse para ablandar las heces del bebé y así prevenir o combatir el estreñimiento.
Garantizar una buena salud intestinal es clave para el bienestar general del bebé.