La introducción de nuevos alimentos diferentes de la leche, una vez el bebé va creciendo es una preocupación habitual de los padres. Tanto el momento de introducción, como el tipo de alimentos y en qué momento del día complementar la lactancia, precisa de una organización diferente. También el bebé va creciendo y con este paso del tiempo, la demanda de alimentación cambia sus características. De la misma manera, observaremos cómo la curva de crecimiento coge otra velocidad.

La introducción de la alimentación complementaria debería iniciarse no antes de los 4 meses de vida ni después de los 7 meses. Como sabéis, la OMS recomienda la lactancia materna durante los 6 primeros meses de vida, así que los 6 meses suele ser el momento en el que la mayoría de bebés va a empezar a tomar alimentos diferentes de la leche.

En mi consulta suelo individualizar bastante el momento y el orden de la introducción de alimentos en base principalmente a tres cuestiones:

  • Si el bebé realiza lactancia materna o lactancia artificial
  • La incorporación o no de la mamá a un trabajo fuera de casa
  • Las expectativas de la familia –especialmente de la madre- en relación al tema de la alimentación.

Siendo puristas, los alimentos calientes los toma el bebé desde que nace, ya que la leche materna sale a temperatura corporal, que está entorno a los 36ºC. En el caso de la lactancia artificial, aunque los biberones pueden darse a temperatura ambiente, la mayoría de personas optan por calentar el agua.

El principal alimento caliente que se introduce al inicio de la alimentación complementaria es la verdura con carne. Las verduras a ofrecer al inicio pueden ser variadas. Yo suelo empezar con patata, zanahoria o calabaza, judías verdes o calabacines. A la verdura se le añade pollo, de entrada unos 30g. Todos estos alimentos se hierven, luego se trituran y se dan con cuchara, calculando unos 250 g, que viene a ser la medida que tienen las vajillas que habitualmente utilizamos con los bebés. Al servirlo se le añade un poquito de aceite de oliva y lo que no se utiliza es la sal hasta los 12 meses, para no sobrecargar el riñón.

Verduras que no hay que utilizar en cantidad importante son las de hoja (como la espinaca y la acelga) por el riesgo de metahemoglobinemia.  La col y la coliflor dan un poco de flatulencia.

La verdura suele ofrecerse al mediodía, aunque no hay una norma cien por cien fija.

Existen nuevas tendencias, como el baby led weaning, en el cual los alimentos no se trituran y se ofrecen al bebé de manera diferente, para que sea directamente el niño quien regule la ingesta. Es una tendencia en alza que podemos tratar en otra ocasión.

Tras las verduras –y también las frutas, aunque raramente se ofrecen calientes, salvo alguna compota- se irán incorporando progresivamente el resto de alimentos.

Con el inicio de la alimentación con estos alimentos debemos tener algunas precauciones:

  • Tener cuidado con los trozos, vigilando la posibilidad de atragantamiento. Hay alimentos que son más susceptibles de producirlo y deberían evitar como los alimentos duros, los frutos secos o los que llevan hueso.
  • Al calentar los alimentos, debemos controlar la temperatura a la que la ofrecemos, ya que si el alimento está muy caliente, hay riesgo de quemaduras en la piel y en las mucosas.

 

Dra. Amalia Arce

Dra. Amalia Arce

Pediatra y autora del blog “Diario de una Mamá Pediatra”

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