Una alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario ante algo que percibe como nocivo sin serlo. A continuación, se presentan los tipos más comunes de alergias alimentarias y ambientales en bebés, se describe la clínica característica de estas reacciones, se analizan las pruebas diagnósticas y los tratamientos posibles y se dan algunas estrategias de control y prevención.
Alergias alimentarias y ambientales en bebés
Según datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), 1 de cada 4 niños tiene algún tipo de alergia.
Aunque cualquier sustancia imaginable es capaz de producir alergia en caso de estar predispuesto a ello, las alergias alimentarias más comunes en la infancia son la alergia a la proteína de la leche de vaca, a los huevos, al pescado y a los frutos secos, seguidas de la alergia al marisco, a los cereales y a las legumbres.
Es importante diferenciar una intolerancia alimentaria, debida a alteraciones metabólicas que afectan la absorción intestinal de un determinado tipo de nutriente, de una alergia alimentaria, en la que está implicado el sistema inmunitario.
Respecto a las alergias ambientales, los alérgenos ambientales más comunes, como son los pólenes o los ácaros, no suelen desarrollarse en lactantes, sino en niños más mayorcitos.
Síntomas y signos de las alergias en bebés
La clínica de una reacción alérgica es muy variada y compromete al aparato respiratorio (rinitis, dificultad para respirar, tos, asma, etc.), al sistema digestivo (dolor abdominal, diarrea, vómitos…) y a la piel (eccemas, urticaria,quemazón, etc.), entre otros.
Algunas manifestaciones, como la hinchazón de labios y lengua, la dificultad respiratoria o el pulso débil, son signos de alarma que requieren ayuda médica urgente, puesto que podrían indicar que tu bebé está sufriendo una reacción alérgica grave conocida como anafilaxia.
De todos modos, sin tener que llegar a estos extremos, ante la mínima sospecha de una reacción alérgica por parte de tu bebé, debe acudirse al médico lo antes posible para que confirme el diagnóstico y, en caso de necesidad, instaure el tratamiento adecuado.
Diagnóstico y tratamiento de las alergias en bebés
La clínica, un análisis de sangre o las pruebas cutáneas pueden ayudar al diagnóstico de una alergia.
Respecto al tratamiento, la medida más afectiva pasa por reducir o eliminar la exposición a los alérgenos. Ciertos medicamentos y las vacunas para la alergia (inmunoterapia), en el caso de las alergias ambientales, son otras de las opciones terapéuticas.
Estrategias de control y prevención en las alergias en bebés
La lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida disminuye considerablemente el riesgo de desarrollar alergias en bebé. De hecho, los poquísimos casos detectados cuando el recién nacido se alimenta sólo de leche materna guardan más relación con la leche de vaca que tome la madre que con la propia leche materna.
En el momento de empezar a introducir la alimentación complementaria, lo recomendable es ir añadiendo los alimentos potencialmente alérgicos de uno en uno, en cantidades pequeñas, para poder detectar cualquier reacción alérgica lo antes posible.
Igualmente, pueden tomarse algunas medidas para mantener alejados los alérgenos ambientales, como usar fundas protectoras antiácaros en almohadas y colchones, controlar la humedad de la vivienda, usar purificadores de aire, evitar moquetas, alfombras y muebles tapizados, etc.
El paso del tiempo es también una buena medida de control de las alergias, porque permite que el sistema inmunitario madure, se vuelva más fuerte y sea capaz de tolerar mejor los alimentos y los irritantes ambientales.
Referencias bibliográficas
- AA.VV. Desmontando 10 mitos sobre alergias infantiles [en línea]. Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP); 2022. https://seicap.es/desmontando-10-mitos-sobre-alergias-infantiles/ [Consulta: 9 de abril de 2024].
- Bernardini R. Allergy in pediatric age: an update. CurrPediatrRev 2020;16(2):79-80.