Los motivos por los que a veces es necesario comenzar a alimentar a tu bebé con biberón son múltiples y la oferta de soluciones en el mercado para prepararlos… abrumadora. La Asociación Española de Pediatría (AEP), explica que, cuando está médicamente indicado, se puede necesitar “un aporte extra al que llamamos suplemento”, que puede ser “de leche de la propia madre, leche donada o leche artificial”. Entre las causas médicas que la AEP cita para recurrir a este tipo de lactancia en los recién nacidos, se encuentran factores como el que tu bebé haya nacido antes de las 32 semanas; que tu bebé pese menos de 1.500 gramos al nacer o que pierda más de un 10% de su peso en los primeros días; que tenga sus niveles de glucosa o azúcar bajos; o incluso que la madre y el pequeño deban separarse temporalmente por enfermedad.
En estas situaciones en las que es necesario recurrir al biberón, a veces no consigues que la cosa funcione tan bien como querrías (aparición de cólicos, regurgitaciones, alergias…) o por el contrario todo va como la seda. La elección de una tetina apropiada en cada caso es una de las claves para llegar a ese estado óptimo durante las tomas, tanto para tu bebé como para tu tranquilidad.
Tu pediatra puede echarte una mano para entender mejor las características de tu caso particular. De todas maneras, vamos a explicarte lo más relevante respecto a las tetinas para que puedas hacer una elección adecuada.
Piensa en la edad de tu bebé
La edad de tu bebé es determinante a la hora de elegir una tetina, puesto que va a marcar su capacidad de succión y el tipo de alimento que va a llevar su biberón (leche materna, de fórmula, agua, cereales…). Lo recomendado y óptimo es que hasta los 6 meses tome el pecho, pero ya hemos dicho que hay casos y casos. Pensando en el tiempo de tu bebé y su fuerza a la hora de extraer la leche, puedes elegir una tetina por la cantidad de alimento que dispensan:
- Tetinas de flujo lento: están pensadas para lactantes entre 0 a 3 meses.
- Tetinas de flujo medio: son las enfocadas a la siguiente etapa, cuando tu bebé tiene algo más de fuerza de succión, hasta los 6 meses e incluso 1 año.
- Tetinas de flujo rápido: se emplean a partir de los 6-12 meses hasta los 18 meses, por ejemplo, para casos en los que es necesario suplementar su alimentación.
- Tetinas de flujo variable: en principio, la edad de tu bebé no es un condicionante para usar estas tetinas, aunque depende del modelo. Suelen tener varias posiciones para un flujo diferente del alimento. En otros casos, la capacidad de succión de tu bebé hace que la leche fluya en mayor o menor cantidad.
Permanece atenta por si la leche rebosa de la boca de tu bebé o si traga aire mientras come. Un flujo inadecuado de la tetina para sus características puede provocarle cólicos por deglución de aire u otros problemas. No olvides consultar con tu pediatra ante cualquier sospecha de un problema mayor.
¿Qué es mejor, el látex o la silicona?
El material del que están hechas las tetinas es otro factor para decidirse por unas o por otras. Tanto el látex como la silicona tienen sus ventajas e inconvenientes. Probablemente, la reacción de tu bebé ante cada uno de esos materiales sea lo que te obligue a decantar tu elección.
- Tetinas de látex: se trata de un material más natural que proporciona a la tetina un tacto mucho más parecido al pezón de la madre. Son resistentes a los tirones de tu bebé, incluso cuando tienen dientes. El problema es que se deterioran con la luz solar y admiten menos temperatura para su lavado, por lo que estas tetinas pueden ser más engorrosas de limpiar. Además, tienen algo de sabor y olor. Las distinguirás fácilmente por su color marrón/anaranjado.
- Tetinas de silicona: a estas no les afecta la luz directa; tampoco retienen sabores ni olores; y son más agradecidas a la hora de limpiarlas. Sin embargo, se trata de un material sintético que aporta a la tetina una rigidez que puede que a tu bebé no le guste. Son más sensibles al roce con los dientes. Las reconocerás a simple vista porque son transparentes.
Actualmente, los fabricantes trabajan con materiales hipoalergénicos, pero hay que vigilar posibles alergias, sobre todo al látex. Por supuesto, debes consultar al médico ante cualquier sospecha. Además, si ves algún signo de deterioro, es necesario cambiar la tetina, sea del material que sea.
¿Hasta qué punto es relevante la forma de la tetina?
La forma de la tetina es otro factor muy importante para elegir entre unas u otras. Si tu bebé se acostumbra a una forma, puede que luego le sea imposible cambiar a otro modelo. Esto es algo más sensible de lo que parece, porque, según los pediatras, algunas tetinas pueden ocasionar problemas en el paladar de los pequeños. Existen tres modelos en el mercado según su forma:
- Tetinas de gota: su forma consiste en una bolita redondeada que corona la habitual base de media esfera más ancha, ambas secciones son lisas. Son las que, según algunos pediatras, pueden causar daños en el paladar. Como siempre, es mejor consultar en tu caso.
- Tetinas anatómicas: son parecidas a las anteriores, pero, para evitar los problemas de malformaciones del paladar, tienen un lado plano que se apoya sobre la lengua de tu bebé, imitando al comportamiento del pezón dentro de su boca.
- Tetinas fisiológicas: son las más parecidas al pezón materno, por su textura irregular, lo que las convierte en una buena opción para el tránsito hacia el biberón.
¿Hay más factores importantes a la hora de elegir una tetina?
El flujo, el material y la forma son los tres elementos, a nuestro juicio, más determinantes para escoger una tetina apropiada para tu bebé. Al fin y al cabo, se trata de quien va a usar directamente esta pieza. La edad es quizás el condicionante más importante para los tres conceptos. Además, siempre que a tu “exigente comensal” no le importe, te animamos a pensar en otras piezas del puzle.
Por ejemplo, relacionado con el flujo y la edad de tu bebé, ten en cuenta que la densidad de la leche materna y la de fórmula pueden variar. Según crezca y vayas introduciendo más variedad en su dieta, tendrás que considerar que el agua es muy poco densa, pero los cereales y zumos tienen mucha textura.
Puede que, pese a que tu bebé tome el biberón con gusto, estas tomas le supongan algún otro trastorno que se podría solucionar con otras tetinas. Ya hemos mencionado alergias, cólicos, regurgitaciones, pero consulta con tu pediatra ante estos u otros aspectos que notes.
Desde el punto de vista de quien va a preparar y dar las tomas, considera si es esa persona la que padece alguna alergia, por ejemplo, al látex. Por otro lado, vas a encontrar biberones con la boca ancha o estrecha, de forma que las tetinas también tendrán una base más grande o más pequeña. Los biberones anchos son, a priori, más cómodos de limpiar.
En definitiva, piensa primero en el momento del crecimiento en el que se encuentra tu bebé; considera sus necesidades particulares; y, después, reflexiona sobre los condicionantes propios de vuestra forma de vida: viajes, teletrabajo, estancias prolongadas en casa…
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¡Seguro que aciertas con la tetina apropiada!