La alimentación complementaria es un hito emocionante en el desarrollo de tu bebé. En este artículo vas a explorar todo lo que necesitas saber para introducir alimentos sólidos de manera segura y saludable en la dieta de tu pequeño. Desde cuándo comenzar hasta qué alimentos ofrecer.
¿Qué es la alimentación complementaria?
La alimentación complementaria es el proceso por el cual tu bebé comienza a introducir alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de una fórmula infantil en su dieta, ya que sus requerimientos han aumentado y necesita más nutrientes de los que la leche le aporta(1).
¿Cuándo se debe empezar?
Se recomienda que los bebés hasta los seis meses sigan una lactancia materna de manera exclusiva y a partir de esta edad se empiecen a introducir nuevos alimentos, sin embargo, se podría comenzar a partir de los 4 meses, siempre y cuando el bebé esté preparado para ello y bajo la recomendación del pediatra(1,2).
A partir de los 6 meses, es probable que también comience la salida de los primeros dientes, lo que va a facilitar la introducción de alimentos sólidos. Otros signos de que tu bebé puede estar preparado para empezar con la alimentación complementaria, es la capacidad de permanecer sentado con control de la cabeza, ser capaz de coger cosas y llevárselos a la boca y la pérdida del reflejo de extrusión(1).
Antes de empezar, es importante reconocer las señales de que tu bebé está preparado para la alimentación complementaria, recordando que cada bebé y su desarrollo es único, por lo que no todos los bebés tienen porqué estar preparados al mismo tiempo(1).
¿Cómo lo hago?
El inicio de la alimentación complementaria siempre debe ser pautado por el pediatra.
La introducción de nuevos alimentos se debe realizar poco a poco y dejando días de separación entre la introducción de un nuevo alimento y otro para poder observar la tolerancia de tu bebé hacia cada uno de ellos. Además, se aconseja ir variando la forma de presentación (triturada, chafada, en pequeños trozos…)(1,4).
No existe una recomendación estricta sobre qué alimentos se deben introducir primero, pero se suele recomendar empezar por cereales, frutas, hortalizas, aceite de oliva, seguidos de las legumbres, huevo, pollo y pescado, y siempre sin añadir, sal, azúcar ni edulcorantes(1).
Recomendaciones para la introducción de alimentos complementarios
Para la introducción de las frutas y verduras, se recomienda que se varíe en la forma de presentación y en la variedad de éstas para ir acostumbrando a tu bebé a diferentes sabores y texturas (puré, grumos, troceado en palitos…) y asegurar una mayor aceptación en el futuro. Es importante saber que hasta que no han cumplido el primer año de vida no se deben dar verduras de hoja verde, como las espinacas y las acelgas, por su alto contenido en nitratos(4).
Se debe dar preferencia a las carnes magras (pollo, pavo, ternera…). Respecto al pescado, se debe empezar introduciendo el blanco (merluza, gallo, lenguado…) en torno al noveno mes, mientras que para los pescados azules se recomienda esperar hasta los 15-18 meses(4).
Para introducir las legumbres se debe de esperar mínimo hasta el año de vida, empezando a ofrecerlas en forma de puré o machacadas. En caso de niños que sigan dietas veganas o vegetarianas, las legumbres se podrán introducir en el sexto mes ya que son la fuente de proteína vegetal por excelencia. Una opción es comenzar por las lentejas rojas por su bajo contenido en fibra y su mejor digestión(4).
A los diez meses se puede ofrecer la yema del huevo y, a partir de los doce, el huevo completo(4).
Se recomienda esperar hasta el año para introducir la leche entera y los derivados lácteos, como el yogur y el queso, aunque pueden ofrecerse en pequeñas cantidades a partir de los 9-10 meses(1).
Introducción del gluten y otros alimentos potencialmente alergénicos
En cuanto a los alimentos potencialmente alergénicos, como puede ser el gluten, no hay un consenso claro, pero las últimas recomendaciones estipulan comenzar cuanto antes (a partir de los 4-6 meses) en pequeñas cantidades y preferiblemente mientras se continúa con la lactancia materna, ya que se ha observado que existe un menor riesgo de padecer alergias y, en caso de producirse, la reacción alérgica es menor(1,2,4).
Consejos para una alimentación saludable de tu bebé
No menos importante, es la correcta hidratación de tu bebé, que hasta este momento se ha cubierto con la lactancia materna, pero a partir de ahora se debe ofrecer agua con las comidas y siempre que tu bebé lo requiera(3).
Es importante dar a vuestro bebé una dieta variada y equilibrada, optando por alimentos saludables, ya que es ahora cuando comienza a adoptar los hábitos alimentarios que definirán su relación con la comida en un futuro(1,3,5).
Se recomienda mezclar sabores que gusten menos con otros mejor tolerados, hasta que acepten los nuevos sabores introducidos. Se estima que mejora el gusto por los nuevos sabores entre la séptima y décima vez que se exponen.
Además, está demostrado que los bebés tienen una mayor aceptación hacia alimentos desconocidos cuando ven a sus padres o cuidadores comiéndolos que cuando se les ofrece este alimento solamente a ellos(5).
Respecto a las cantidades de alimentos, hay que tener en cuenta que inicialmente las porciones han de ser pequeñas y se deben ir aumentando progresivamente conforme crece tu bebé y se va disminuyendo la lactancia materna(1,3).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es respetar las señales de hambre y saciedad del lactante, sin forzar a tu bebé a comer. El apetito y desarrollo de cada bebé es diferente y debemos respetar los tiempos de nuestro bebé, no obstante, siempre se debe acudir al pediatra en caso de que tu bebé rechace todos los alimentos, para asegurar su correcto crecimiento y desarrollo y descartar algún otro problema que pudiese existir(1,3).
Asimismo, se recomienda seguir una rutina en los horarios, asegurar un espacio tranquilo, libre de distracciones como pantallas y televisiones, y realizar las comidas en familia para establecer las bases de unos hábitos alimentarios saludables(1,3).
Referencias bibliográficas
- Asociación Española de Pediatría (AEP). Dra. Marta Gómez Fernández-Vegue, Recomendaciones de la asociación española de pediatría sobre la alimentación complementaria. Disponible en: Recomendaciones de la AEP sobre alimentación complementaria | Asociación Española de Pediatría (aeped.es)
- EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergens (NDA), Castenmiller J, de Henauw S, Hirsch-Ernst K-I, Kearney J, Maciuk A, Mangelsdorf I et al. Scientific Opinion on the appropriate age range for introduction of complementary feeding into an infant’s diet. EFSA Journal 2019;17(9):5780, 241 pp. Disponible en: https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.2903/j.efsa.2009.1423
- Appleton, K., Hemingway, A., Rajska, J. & Hartwell, H. (2018) Repeated exposure and conditioning strategies for increasing vegetable liking and intake: Systematic review and meta-analyses of the published literature. The American journal of clinical nutrition. 108. 842-856. https://doi.org/10.1093/ajcn/nqy143
- Asociación Española de Pediatría (AEP). GUÍA PRÁCTICA PARA PADRES Desde el nacimiento hasta los 3 años. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/sites/enfamilia.aeped.es/files/guia_practica_padres_aep_1.pdf
- Birch LL, Doub AE. Learning to eat: birth to age 2 y. Am J Clin Nutr. 2014 Mar;99(3):723S-8S. doi: 10.3945/ajcn.113.069047. Epub 2014 Jan 22. PMID: 24452235. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24452235/
