
El cólico del lactante es uno de los principales trastornos que puede tener un bebé durante las primeras semanas de vida, y es un hecho tremendamente habitual, que además constituye una de los primeros motivos de acudir a Urgencias Pediátricas en este grupo de niños.
¿Qué es el cólico del lactante?
Sobre el origen del cólico del lactante, los diferentes especialistas no se ponen de acuerdo. Siempre se ha atribuido a trastornos gastrointestinales inespecíficos, como por ejemplo la presencia de gases, o las dificultades para realizar deposiciones, algo muy común durante los primeros meses.
La realidad es que la causa sigue siendo desconocida, aunque se especula que puede estar implicada cierta inmadurez neurológica y fisiológica en la asimilación de los diferentes estímulos a los que está expuesto el bebé, tan diferentes al vientre materno.
Uno de los síntomas principales del cólico es el llanto. El llanto es la principal forma que tiene el bebé para comunicarse en cualquiera de las circunstancias que alteran su confort: el hambre, el sueño, el cansancio o tener el pañal sucio pueden originar llanto.
La regla de los “3” de Wessel
Si el llanto cumplía las siguientes características que incluyen un “3”, era un llanto de cólico:
- El cólico del lactante aparece antes del tercer mes de vida. La aparición suele producirse típicamente después de las 3 primeras semanas de vida. Llegando a su época de mayor énfasis alrededor de los 2 meses. Y desapareciendo a partir de los 3-4 meses de vida.
- El llanto dura 3 ó más horas al día. Aunque mi experiencia me dice que no suele ser tan prolongado, en la mayoría de los casos es cierto que el tiempo se dilata cuando uno está escuchando llorar a un bebé pequeño. Otra característica habitual es que acostumbra a ser vespertino, en las últimas horas del día o primeras de la noche.
- El llanto se produce más de 3 días a la semana y suele durar más de 3 semanas.
7 consejos para aliviar los cólicos de tu bebé
Aunque no hay recetas milagrosas y salvo que se demuestre alguna causa específica –que entonces habrá que tratar-, lo bueno es que el cólico del lactante acabará remitiendo tras unas semanas. No obstante, me atrevo a daros algunos consejos que os pueden resultar de ayuda
- Colocarlo en una postura confortable. Aunque los bebés deben a ponerse a dormir boca arriba, es cierto que boca abajo suelen tener menos trastornos digestivos y puede mejorar la molestia abdominal que se suele intuir asociada al cólico. Al ponerlo boca abajo, debe estar vigilado, y debe recordarse que esta no es la postura para dormir. Otra opción es tenerle cogido boca abajo, con nuestro brazo y mano debajo de su barriguita.
- Ayudar a expulsar los gases con masajes o con la realización del eructo tras la toma. En casos de bebés con regurgitaciones, dejarlo incorporado tras las tomas.
- Envolverlo en una tela o manta. El sentirse con las extremidades pegadas al cuerpo, recogidos y calentitos, como “si fueran una momia”, les hace sentir seguridad.
- Cogerlo en brazos o portearlo y pasear con el bebé. El balanceo, el contacto con nosotros mientras le susurramos palabras bonitas o le cantamos una canción pueden conseguir calmarlo.
- Darle un baño con agua tibia y posteriormente un masaje relajante, puede conseguir que después se tranquilice.
- El ruido blanco como el que emiten las campanas extractoras o los aspiradores pueden hacer que el llanto cese como por arte de magia.
Tomárselo con paciencia y si es posible, con humor… Consejo que es muy fácil de decir pero muy difícil de hacer, porque el llanto de un bebé pequeño crispa… y más si se encuentra delante de unos padres cansados en el postparto o por noches de poco descanso. Es mejor ceder el niño a otra persona si estamos desbordados o si pensamos que estamos a punto de perder los nervios.
Dra. Amalia Arce
Pediatra y autora del blog “Diario de una Mamá Pediatra”