
La alimentación de los primeros meses de vida del bebé es muy importante, pues es una época en la que se produce un gran desarrollo físico y psicomotor.
La mayoría de padres se preocupan por la alimentación especialmente en estos primeros meses de vida, ya que son conscientes de la importancia.
Os describiré algunos de los errores a evitar en la alimentación del bebé:
- Lactancia materna con reloj
La lactancia materna es a demanda. Esto significa que salvo en determinadas circunstancias en las que vuestro pediatra puede indicar alguna cosa diferente (por ejemplo en bebés prematuros o con bajo peso), al dar el pecho hay que olvidarse del reloj. Poner al bebé a mamar cuando lo pida y dejar el pecho cuando el bebé lo suelte. - Preparación inadecuada de los biberones
Cuando la alimentación es con leche de fórmula, la preparación debe hacerse con las proporciones indicadas, que son un cacito raso de leche por cada 30 mililitros de agua. No es recomendable añadir más agua de la recomendada, pues la leche quedará demasiado diluida. Y resulta especialmente dañino, añadir más cantidad de fórmula de la indicada, ya que el aumento de concentración puede originar deshidratación y consecuencias metabólicas. - No lavarse las manos antes de preparar alimentos
El lavado de manos antes de preparar alimentos es importante siempre, pero especialmente cuando se trata de la alimentación del bebé. Es una medida mucho más útil y con eficacia más demostrada que la esterilización de los artículos de puericultura. - Iniciar de forma precoz o tardía la alimentación complementaria
La alimentación complementaria no debe iniciarse antes de los 4 meses de vida ni después de los 7 meses. Es el periodo ventana en el que están preparados para ingerir nuevos alimentos.
Las recomendaciones actuales indican mantener la lactancia materna de forma exclusiva hasta los 6 meses. Los niños alimentados con fórmula también pueden tomar solo leche hasta esa edad. A partir de los 7 meses, la leche –materna o artificial- es insuficiente de forma exclusiva para cubrir las necesidades del bebé, y deben entrar en escena otros alimentos. - Utilizar sal o azúcar en los alimentos
La sal y el azúcar deben evitarse en la alimentación del bebé. Aparte de la influencia en los gustos futuros del bebé, los riñones no están totalmente maduros para filtrar la sal. Otros alimentos a evitar el primer año son la miel, los frutos secos, la leche de vaca o un exceso de verduras de hoja. - Utilizar el biberón de forma inadecuada
El biberón debe utilizarse para la leche o el agua, pero nunca para líquidos azucarados como el zumo de fruta o el puré de frutas. En cuanto a los zumos de frutas, deberían ser naturales y no envasados, ya que tienen un alto contenido en azúcares y provocan problemas diversos como por ejemplo, las caries. - Pretender que no deje nada en el plato
La cantidad de comida que puede comer un bebé puede variar de forma extraordinaria entre diferentes niños. Además, las primeras veces que se ofrece un alimento nuevo puede pasar de todo: desde el bebé que devora ese primer plato hasta ese otro niño que apenas prueba un par de cucharadas con cara de asco.
Por otro lado, la calidad es preferible a la cantidad. Ofrecer alimentos de calidad es tarea de los padres mientras que elegir la cantidad –salvo en situaciones concretas- es preferible dejarlo en manos del bebé, que irá regulando también sus sensaciones de hambre y saciedad. - No volver a ofrecer alimentos rechazados
Con la introducción de nuevos alimentos es posible que se produzca un rechazo. Ese rechazo puede ser transitorio. También puede ocurrir que un alimento que había ingerido sin problemas, un buen día sea rechazado sin motivo aparente.
En ambas situaciones, dejar un tiempo prudencial y volver a reintroducir el alimento es aconsejable. Sin forzar y sin prisa pero sin pausa, es posible que lo acabe comiendo sin problemas, sobre todo si la familia también lo hace. - Utilizar elementos distractores para que coma
El momento de comer es momento de comer. Y es bueno que el niño tome consciencia de ello. No hay que olvidar que mientras un bebé come no solo le estamos alimentando, sino que también le estamos educando en una actividad con marcado carácter social y familiar.
Utilizar alimentos distractores como la televisión, alguna otra pantalla –móvil o tablet- o algún juguete, mientras le ponemos la cuchara en la boca “sin que se entere”, suele ser contraproducente.
Introducir elementos lúdicos en el momento de comer no siempre es inadecuado, aunque siempre es mejor que manipule una cuchara, un alimento o algún otro objeto relacionado con el momento que está viviendo, que una pantalla. - Picotear entre horas
Introducir la alimentación complementaria no significa abrir la veda a que todo valga. Mantener cierta regularidad en los horarios de comida, y evitar que el niño esté comiendo de forma continua –palitos, galletas, etc- , facilita que se asienten unos buenos hábitos de alimentación, y evita problemas posteriores.

Dra. Amalia Arce
Pediatra y autora del blog “Diario de una Mamá Pediatra”