
De 0 a 6 meses
La leche es el alimento principal durante los primeros 6 meses de vida del bebé. Preferiblemente la leche materna, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que cubre por sí sola los requerimientos nutricionales, la energía necesaria y aporta beneficios al sistema inmunológico.
Durante esta época la lactancia suele ser a demanda del bebé, simplemente tendremos que seguir su ritmo y, sobre todo, la madre debe estar tranquila con la leche que produce, porque es la que necesita el bebé. Además, dando el pecho el vínculo afectivo entre la mamá y el bebé se fortalece.
La composición de la leche materna cambia a lo largo del día dependiendo de la alimentación de la madre. Por eso durante estos meses tendrás que cuidar tu alimentación con una dieta variada y equilibrada.

1. Las tomas

La lactancia materna se realiza “a demanda” y cada día pueden realizarse con una frecuencia distinta. Aun así, es necesario que se realicen al menos entre 8 y 12 tomas al día los primeros 15-20 días de vida del recién nacido y que no se deje pasar más de 4 horas entre ellas.
El número y duración de las tomas varía de un niño a otro. En vez del reloj, guíate por tu propio pecho. Es importante vaciar bien éste en cada toma, pues la leche materna está organizada por capas y la última es la de grasa, cuya función es saciar al bebé. Además, vaciar bien el pecho favorece la producción de más leche. Si le das los dos pechos en una sola toma, en la siguiente toma empieza por el pecho que haya terminado. Si en cambio le has dado sólo un pecho, empieza por el otro.
El contacto piel con piel que se establece entre madre e hijo/a durante la lactancia es muy importante para el desarrollo y adaptación del bebé. Entre otros beneficios, regula la temperatura del recién nacido, favorece el reconocimiento materno infantil y crea una asociación positiva con la lactancia.

2. Posiciones para dar el pecho

Una correcta posición garantiza una succión eficaz del bebé y una postura confortable para la madre. Puedes dar el pecho sentada o acostada.
Si lo haces sentada, la espalda debe estar cómodamente apoyada en el respaldo. Te resultará muy cómodo utilizar un cojín de lactancia.
Debes acercar el bebé al pecho enfocando su nariz hacia el pezón. Su boca debe estar bien abierta, con los labios evertidos y abarcando pezón y areola. Una posición inadecuada al mamar puede producir dolor en los pezones, aparición de grietas, o que el bebé no se alimente bien o regurgite.

3. Consejos sobre alimentación para la madre

Cuando das le pecho, debes prestar atención a tu alimentación:
Ingiere productos lácteos ricos en calcio.
Bebe mucha agua: de 1,5 a 2 L al día.
Incorpora una alimentación rica en fibras para evitar el estreñimiento.
No bebas alcohol ya que éste pasa a la leche materna.
No fumes.
Limita el consumo de té y café.
No consumas cítricos, ciruelas y uvas en exceso para evitar diarreas.
El ajo, el repollo, los espárragos, pepinos y los pimientos pueden cambiar el sabor natural de la leche materna.Tenlo en cuenta por si a tu bebé no le gustan estos sabores.
No tomes medicamentos sin consultar antes con tu médico.

4. Preparación de un biberón

Lávate las manos cuidadosamente.
Hierve agua durante 5 minutos y déjala enfriar hasta 37-38ºC, de manera que se facilite la disolución de la leche en polvo. También puedes utilizar agua embotellada poco mineralizada.
Pon la cantidad de agua necesaria en el biberón del bebé.
Añade el número necesario de medidas rasas y no comprimidas. Para ello utiliza exclusivamente el cacito medidor que encontrarás en el envase.
Cierra el biberón y agítalo hasta obtener la disolución completa del polvo.
Controla que el biberón está a la temperatura adecuada, 37ºC, con la cara interna de tu antebrazo.
Utiliza el biberón inmediatamente. Debe ser consumido como máximo 1 hora después de haberse preparado. Si sobra algo de leche no debe guardarse para otra vez, ya que existe el riesgo de que se estropee o se contamine.

5. Expulsión de gases

Después de comer:
Al succionar el biberón, los bebés, además de leche, también tragan aire que se acumula en el interior del cuerpo y causa molestias. Por eso debemos ayudarles a expulsar esos gases con posturas que lo facilitaran.
- Erguido sobre el pecho: Colócale erguido sobre tu pecho para que su cabeza quede a la altura del hombro. Normalmente el bebé expulsará el eructo sin necesidad de que se le den golpecitos en la espalda. Para evitar mancharte en caso de que regurgite, colócate un paño o toalla en el hombro.
- Boca abajo: Túmbale sobre tu regazo o sobre tu brazo, con la mano sobre su tripa, si estás de pie. La cabeza tiene que quedar un poco más alta que el resto de su cuerpo.
- Sentado. Cuando el bebé es un poco más mayor, puedes sentarlo de lado sobre tus rodillas.
Si a los 5 minutos no ha expulsado el aire, quizás es que no lo necesita. A veces no se escucha el sonido del eructo o puede que no llegue a eructar. Si el bebé se queda tranquilo, no hay por qué preocuparse.
Última actualización: 15/04/2021